martes, abril 19, 2005

La iglesia tan "renovadora" como siempre

Hoy me he sentado enfrente del televisor en cuanto me he enterado que había fumata blanca, para ver qué nuevo Papa nos deparaba el futuro y con la esperanza de que al menos el nombre del susodicho vislumbrara una etapa de cambio en esta arcaica institución. Bien, pues no he podido más que asombrarme al oir que el mismo íba a ser Joseph Ratzinger. Luego ya ha sido verlo y me he puesto a "temblar", al menos el anterior no le delataba la cara, pero es que este... No es que me interesase por el tema teológico, más bien me la trae al pairo lo que quiera inculcar, sino en el tema de a dónde dirigirá sus miras la iglesia, que nos guste o no (y creo que para desgracia nuestra) tiene un gran poder político. La biografía del tal Ratzinger es de las de mear y no echar ni gota: un tio que ha tenido la "feliz" ocurrencia de decir que no se debería dar la comunión a los divorciados, no merece mis respetos. Y esto es de lo menos conservador que ha dicho y hecho:

"Estudió filosofía y teología en la universidad de Múnich y en 1951 fue ordenado sacerdote. Asumió en distintas ciudades alemanas las respectivas cátedras de teología, centrando su enseñanza en el dogma y la teología fundamental. Fue nombrado cardenal por Pablo VI en 1977. Como decano del Colegio Cardenalicio ha sido el encargado de presidir el funeral en la Plaza de San Pedro por Juan Pablo II y la misa ‘Pro eligendo Sumo Pontífice’ con la que arrancó el cónclave.

Representa la línea más dogmática de la Iglesia, con unas ideas que a menudo chocan con las corrientes liberales de su país de origen, donde se le ha llegado a acusar de inquisitorio.

El nombre de Ratzinger ha aparecido en todas las polémicas dentro de la Iglesia católica para frenar los intentos de reforma de sus colegas más progresistas. En Alemania, por ejemplo, su nombre va ligado al pulso que mantuvo el cardenal Karl Lehmann, presidente de la Conferencia Episcopal alemana, en torno al debate sobre el aborto. "Ir contracorriente y resistir a los ídolos de la sociedad contemporánea forma parte de la misión de la Iglesia", es una de sus máximas y en las meditaciones del último Viernes Santo criticó que el hombre actual no cree en nada y se deja arrastrar por un nuevo paganismo."


Aquí el genio no tiene desperdicio, me parece que vamos a topar con una iglesia más cerrada y anclada en el pasado (si no lo estaba ya), pero ahora de forma más ostentosa. En fin que si la iglesia quería que nos diéramos cuenta de algo, me parece que lo ha conseguido, asumiendo un papel que yo esperaba que lo fueran marginando a lo largo de su historia. Pero veo que estaba equivocado y que la "supuesta" (al menos eso es lo que la iglesia nos ha hecho creer) buena aceptación que tuvo Juan Pablo II entre los jóvenes, sólo ha servido como captación para que ahora los bombardeen con mensajes rancios, obsoletos y de dudosa validez, como el no uso del preservativo o en su lucha contra el aborto ("Nosotras parímos, "ellos" decíden").

Bravo por la iglesia!!! cada vez más cerca del pueblo, Hurra!!!

GuR!